La Sociedad Medica del Corporativo Hospital Satélite tiene como objetivo ser herramienta para la comunicación, colaboración y retroalimentación entre los integrantes de nuestro gremio, así como también ser un medio para el crecimiento y actualización de los mismos tanto en el contexto profesional como en el social y cultural.
MISION: Como Sociedad Medica tenemos la misión de afianzar el sentimiento de identidad y pertenencia de los integrantes médicos con el Hospital Satélite para facilitar a través de éstos el desempeño de un ambiente laboral óptimo que impacte en la mejora de la calidad de la atención al paciente y en el propio crecimiento profesional de sus miembros activos.
VISION: Ser una Sociedad Medica que ofrezca mayores y mejores beneficios a sus integrantes, que incluya actualización médica continua a través de cursos, sesiones ó jornadas médicas, mesas de discusión de casos clínicos, acceso a plataformas digitales, entrega de reconocimientos, así como mediante la participación en eventos de interés general y sociocultural.
Estamos convencidos de que los antecedentes históricos constituyen la palabra viva del pasado y permiten analizar nuestro legado, describen los aciertos y errores cometidos. Demuestran la razón de su creación y su evolución a través de los años, tarea nada sencilla para resumir una trayectoria de 32 años de una Institución como la nuestra, pero que ha llevado a la madurez de la sociedad médica.
La primera mesa directiva de esta naciente Sociedad fue fundada en 1993, se nombró como Presidente por su gran capacidad de administración, honestidad y sentido de responsabilidad al Doctor José Antonio Piza López Médico Militar con especialidad en Cardiología.
acute;rez se convierte en uno de los municipios más industrializados del pa193df-asociacion.jpg así en 1975. Con esto, la población creciente en los últimos años al Norte de la Ciudad de México, obligó y ayudó a consolidar al Corporativo Hospital Satélite por tratarse del hospital más importante en ésta área geográfica, creando una sinergia entre los médicos y la institución para otorgar atención médica de excelencia.
Esta dinámica de crecimiento profesión tuvo su plataforma en los cambios de infraestructura y modernización del hospital. En 1995 se crea La Clínica de Diagnostico Especializado, para el 2008 culmina la construcción de la torre de consultorios así como áreas de atención y servicios en todos los ámbitos.
Esta simbiosis del hospital y cuerpo médico, da lugar en el 2017 a la inauguración del Centro de Estudios Especializados sucursal Santa Mónica.
El objetivo general de la Sociedad es tener una plataforma de comunicación entre los integrantes de nuestro gremio, autoridades del hospital y población de nuestra comunidad. Así mismo, coadyuvar en una sólida preparación que permita al profesional de la Medicina, utilizar los conocimientos, habilidades, aptitudes y actitudes en beneficio de la población que nos solicita una atención médica de calidad.
Nuestra Sociedad Médica hoy en día se encuentra en el gran reto de mantener una creciente y actualizada cultura médica, con objetivos definidos: la superación académica de sus asociados, manteniendo la unidad, la armonía y la excelencia profesional del cuerpo médico.
Estamos convencidos de que los antecedentes históricos constituyen la palabra viva.
Buenos días:
Dirijo estas palabras con la autorización de la licenciada María del Rosario Cuenca Acosta, presidenta ejecutiva de Corporativo Hospital Satélite. Me dirijo al consejo consultivo, a los colaboradores de esta institución que nos ven y escuchan por vía remota. Agradezco cumplidamente la oportunidad.
Deseo que al hablar hoy, aquí y ahora, atine a decir algo de aquello que todos ustedes silenciosa y colectivamente, piensan o quieren escuchar.
Mencionaré su grado y nombre como corresponde al ceremonial militar: General Brigadier Médico Cirujano Aurelio Jesús Pámanes Ochoa. Tras la mención de su nombre él contestaría: “Presente”. Así está en nosotros, presente en nuestro corazón y en nuestra memoria.
De aquí en adelante me dirigiré al maestro Pámanes o a Don Aurelio que, sin ser un grado, es una elocuencia de respeto, de formar vidas, de dirigir caminos, de orientar, de dar un consejo y de ser ejemplo.
Expresar estas palabras me honra en igual forma tanto como me abruma y hace redoblar mi reconocimiento, que no encuentre todas las palabras fieles para expresarme.
A la tristeza de este momento, se agregan a mi mente los recuerdos que tengo del maestro, al querer trazar en unos instantes una vida tan corta pero tan prolífica.
Para juzgar la valía de un hombre y el mérito de su obra, no basta con saber el punto de llegada; por alto que sea, es preciso conocer el punto de partida y su camino.
Ese punto de partida se dio en el Distrito Federal en el año 1952, en el Hospital Central Militar que lo vio nacer y lo vio crecer en plenitud.
Nació en el seno de una familia militar, y aquí me detengo para decirles que por cierto adoraba a su padre (el General Brigadier Aurelio Pámanes Hernández, procedente del arma de caballería) y con quien cumplió a cabalidad sus cuidados hasta su muerte.
Este origen castrense le permite viajar con su padre por varios estados de la república y al paso de los años vislumbra la posibilidad de formarse en la Escuela Médico Militar a la que ingresó en el año 1968, año pleno de efervescencia política, social y momentos difíciles, sin embargo, me atrevo a decir que vivió la disciplina castrense con plenitud y consciente de los beneficios de la misma, con ese idealismo, con obediencia, con amor y lealtad a la patria.
Se destacó como parte de la escolta, que era una distinción llegando a obtener el grado de sargento segundo de cadetes. Amaba con vocación, entereza y rectitud al medio militar.
Portó siempre el uniforme con gallardía, elegancia y orgullo, siempre trasmitiendo el amor por el ejército.
Terminó satisfactoriamente su formación graduándose con el grado de Mayor Médico Cirujano, orgulloso de sus maestros, de su escuela, del ejército, de la gente que lo rodeaba.
Tuvo entre sus compañeros más allegados a Fernando Magallanes Negrete, Ignacio Rodríguez, Bernardo Petet Yomans y muchos otros más.
No se conciben los logros de un hombre solo, si no hay a su lado una gran mujer y ella fue la licenciada María del Rosario Cuenca Acosta, un haz apretado de voluntades en esfuerzo común, una mística colectiva que realiza el milagro de la transformación, son quienes soñaron y sufrieron todo el esfuerzo, con el proyecto de vida que hoy es realidad y continúa creciendo.
Procrearon dos hijos: el licenciado Aurelio Pámanes Cuenca y el licenciado Juan Carlos Pámanes Cuenca. También, como dice la licenciada Cuenca, ahora ya son más. El maestro tuvo la fortuna de ver germinar a sus nietos, dirigir sus primeros pasos, los adoró y abrazó, mismos que lo honrarán como se merece.
Ya casado realiza la residencia de cirugía general. Después como todo buen soldado conoce las unidades del servicio en el Campo Militar Número Uno y en el Hospital Militar Regional de San Luis Potosí. Ingresa nuevamente a realizar la especialidad de Urología en el Hospital Central Militar, siendo el mejor servicio de esa época. Sobresalía de los demás en mucho, por lo que su formación fue muy completa. Esto lo llevó en unos años a ser Jefe de Sala y Jefe de Servicio, manteniendo la mejor formación de residentes de urología a nivel nacional.
Desde que tuve la dicha de conocerlo siempre fue apegado a su disciplina profesional, mejorando su servicio, enseñando esa noble tarea que se realiza en la escuela sin retribución alguna, se paga con el sentir que le llamen maestro y el maestro, no solo cumplía, sino se vanagloriaba de haber formado generaciones de urólogos de muy buen nivel académico.
Valdría la pena realizar un libro con la historia del CHS para que cada quien conozca la edificación de parte de la obra de la familia Pámanes Cuenca y no me refiero únicamente a la arquitectónica, sino al liderazgo que ejerció el maestro en el éxito del hospital.
Prestó sus servicios durante 34 años en el ejército, logrando el grado de General Brigadier y las exigencias del proyecto de vida de la familia le requieren estar presente en Corporativo Hospital Satélite, mismo en el que estuvo al frente durante 35 años. Esa etapa formó una buena parte de la vida del maestro.
Algunos de ustedes saben que este proyecto transformó la vida de mucha gente, no solo médicos, sino directivos, enfermeras, personales de servicio etc.
El maestro fue feliz en esa dualidad de ser médico y empresario, por fortuna las realizaba por convicción: humanizó la medicina en el hospital; no conozco otro ambiente laboral como en CHS. Como dice nuestro eslogan, “Lo mejor del Corporativo Hospital Satélite es su gente”, porque con ese amor que tenía a su trabajo lo transformaba todo para bien, ya que veía muy de cerca al empleado, a su colaborador, como aquel que trabaja, y sufre, que sueña y que espera mejorar su calidad de vida, siempre dispuesto a escuchar y tratándolos con dignidad, por eso nos duele tanto su ausencia física.
A él va mi pensamiento agradecido, porque nos enseñó a “ganarnos el pan” con honestidad y orgullo, así eran sus palabras.
Siempre estará en nuestras acciones, siempre será parte de los que lo conocimos y quisimos, siempre nos hará falta.
La vida es un instante, pero el amor perdura más allá de los tiempos, por eso la convicción de su vida fue saber que valió la pena vivir, vivir por México y amar a México.
Hay mucho que hablar de su obra, pero quisiera comentar la faceta que a mí se me hace muy loable y es la de ser humano.
Hombre con visión y grandeza de miras, don de mando, valentía y perseverancia, quien supo entender su tiempo y anticiparse al porvenir, que comprendió que en su profesión es indispensable combinar el humanismo y el compromiso social.
Sófocles decía que son muchas las cosas maravillosas, pero no hay ninguna tan maravillosa como el hombre, y qué encantador es el ser humano cuando es humano. Este humanismo confiere dignidad y nobleza a la persona humana.
Un humanista tiene como objetivo de vida principal reducir el sufrimiento humano y generar el mayor bienestar, paz y felicidad posible a los demás. No exagero cuando digo, que acercarse a la obra es acercarse a la vida, porque la vida y obra son inseparables.
Siempre fue respetuoso de las opiniones divergentes y favorecedor de la suma de voluntades, sin sacrificio de las convicciones propias.
Con su partida perdimos la familia médico militar un hermano, un amigo, una historia, un espacio compartido.
Nos enfrentamos a una imagen en la que se han dibujado con nitidez diversos perfiles, todos ellos enumerados que pueden ser general, médico, maestro, empresario, líder, hombre de fe, hombre honesto, probo, realizador de ilusiones, urólogo, esposo y padre, sin embargo, creo que ninguno de estos adjetivos por sí solo engloba su mayor obra que es el humanismo, que lo llevó presente a lo largo de su vida.
Imitar su ejemplo en estos tiempos, no es un privilegio es una exigencia.
La comprensión humana, el amor al prójimo, el espíritu de sacrificio, el sentido del deber, el amor con que nos arropó, son los muchos adornos de su alma y son las bases que nos deja en su legado el maestro.
Ahora más que nunca, estimulado con el reconocimiento de la obra del maestro, puedo comprometerme ante ustedes a honrar su memoria.
Maestro: descanse en paz. Usted cumplió y cumplió bien.
Su fuerza está presente en nosotros.
Dr. Adolfo Josué Orozco Carballido
Coordinador del Servicio de Cardiología.
A continuación te presentamos nuestro proceso de alta y los beneficios que la Sociedad Médica tiene para ti.
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